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Primeras transmisiones en México

Constantino de Tárnava

Constantino de Tárnava, el regiomontano,
pionero de la radio

Publicado en Radio World América Latina, enero 2002

Por Gabriel Sosa Plata

Monterrey, N.L. En lo que ahora es una tienda de ropa, ubicada en la esquina de Guerrero y Padre Mier, se llevó a cabo, hace ya ocho décadas, la segunda transmisión formal de radio en México; una de las hazañas que dio origen a una de las industrias más importantes en este país y que hoy da servicio a 98 por ciento de la población.

Constantino de Tárnava, un ingeniero en electricidad egresado de la Universidad de Notre Dame, nacido en Monterrey, contaba entonces con 23 años de edad cuando hizo realidad, el 9 de octubre de 1921, esta transmisión desde la casa de sus padres.

Días antes, el 27 de septiembre del mismo año, Adolfo Enrique Gómez Fernández, un médico militar de 26 años, realizó la que se considera la primera transmisión formal, desde el sótano del Teatro Ideal de la Ciudad de México, ubicado en la calle de Gante. El contenido del programa fue un breve concierto en el que participó el tenor José Mojica.

Radio World localizó a una de las tres descendientes directas del ingeniero De Tárnava: Alicia de Tárnava, hija de su hermano Luis, con quien tuvimos la oportunidad de conversar sobre la labor de este pionero de la radio.

Según Alicia de Tárnava esa transmisión se llevó cabo en la sala de su casa, la cual fue acondicionada con alfombras, cortinas y un piano Steinway. "Fue todo un evento en el que realmente participaron un grupo de amigos, quienes previamente se prepararon para hacer un programa interesante, que le gustara a la gente", dijo De Tárnava.

El programa inició a las 20:30 horas con la interpretación de Violetas, de Miguel Lerdo de Tejada, en voz de la muy joven soprano Ana María Yturria, de 14 años de edad. La conducción estuvo a cargo del mismo ingeniero De Tárnava, quien presentó a los demás artistas invitados: dos pianistas, Sierra de Barragán y Carlos Pérez Maldonado; el tenor Aubrey Saint John Clerke, el declamador Eudoxio Villarreal y el solista José F. Barragán Sierra. También se asegura que participó en la musicalización el pianista Ricardo Leal.

La transmisión sólo tuvo dos radioescuchas: el ingeniero Rodolfo M. Garza, entonces gerente del Banco de Nuevo León, y un señor de apellido Bermúdez, fabricante de acumuladores. Ambos radioescuchas estaban a una distancia no mayor de ocho cuadras de donde vivía el ingeniero De Tárnava.

El programa duró hasta las 22:30 horas y fue patrocinado con los ahorros del ingeniero De Tárnava y con parte de la herencia dejada por su padre del mismo nombre. "Constantino de Tárnava padre fue banquero y fundador de la Fundidora Monterrey", dijo Alicia de Tárnava. Fundidora de Monterrey fue una de las empresas metalúrgicas más importantes de México.

Posteriormente, en la entonces estación experimental denominada Tárnava Notre Dame, continuaron las transmisiones semana con semana, todos los miércoles de aquel año.

***

En 1923 la Tárnava Notre Dame adquiere el permiso oficial 24-A y cambia a las siglas CYO. En 1925 le son asignadas las siglas CYH y desde 1929 es identificada como XEH. Esta estación hoy en día sigue transmitiendo como la "XEH, La Más Grande", pero ya no es propiedad de la familia De Tárnava, pues fue vendida a Mario Quintanilla en 1962.

"Vendieron la estación porque ya estaban saturados de trabajo y porque manejaban otros negocios", dijo Alicia. Al ingeniero De Tárnava le interesaba más la investigación que continuar adelante con una actividad en la que había hacer de todo: desde el manejo administrativo hasta la producción e incluso la locución. "Les costó lágrimas porque era como un hijo que se estaba yendo, pero estaban satisfechos de que continuara con la estación don Mario, un hombre muy profesional".

Después de vender la emisora, el ingeniero De Tárnava se dedica a tallar y montar piedras preciosas, a la fotografía y al servicio meteorológico. También instaló un taller y un laboratorio de reparación y ensamble de aparatos médicos de al precisión, sin descuidar una de sus virtudes artísticas: el óleo y la acuarela, en las que también destacó como precursor e impulsor de esta actividad en Monterrey.

Constantino de Tárnava falleció el 6 de febrero de 1974, cuando tenía 74 años de edad, y su única descendencia directa son sus tres sobrinas: nuestra entrevistada Alicia, Patricia y María Guadalupe, quienes tienen la plena certeza de que el pionero de la radio en México es el ingeniero Constantino de Tárnava y, no obstante esto, no se le ha dado el mérito suficiente.

"No se le ha reconocido como a muchas otras personas", dijo Alicia de Tárnava. "Creo que se ha polemizado y hasta politizado el asunto por la trayectoria que llegaron a tener personas como Emilio Azcárraga Vidaurreta o Clemente Serna Martínez, y a quienes les han dado el mérito de ser los primeros".

Emilio Azcárraga fundó en 1930 la XEW, estación que dio a la poderosa empresa Televisa, mientras que Clemente Serna fundó una de las cadenas más importantes de México: Radio Programas de México.

El 14 de octubre de 1971, con motivo de los 50 años de la radio, la industria de la radiodifusión y el gobernador del estado le rinden a De Tárnava un homenaje como pionero de la radio en América Latina. El 26 de abril de 1974 una calle de la colonia Lomas, en Monterrey, fue llamada Constantino de Tárnava. Años más adelante, el 9 de octubre de 1986, el gobierno de Nuevo León homenajea al ingeniero en un evento en el que se hizo una remembranza de su vida y la interpretación de la canción Violetas en recuerdo de la primera transmisión. Y el 15 de octubre de 1996, la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) hace posible que la Lotería Nacional imprima boletos con la imagen del radiodifusor, entre otros reconocimientos.

Sin embargo, para Alicia de Tárnava hace falta, aún, el gran reconocimiento nacional para que las generaciones futuras conozcan la labor de este personaje que colocó a Monterrey y a México en la vanguardia de la radiofonía, tal como ha dicho el cronista de Monterrey, José Saldaña.

D.R.